sábado, 14 de febrero de 2015

El Patrocinio Celestial de Santa María Magdalena

Un paseo por Arahal. Arruinada la antigua parroquia de traza mudéjar en 1755 por el terremoto de Lisboa, de la que restan su torre y su sagrario barrocos se acometió la construcción de uno de los templos más grandiosos de la provincia. Las dos grandes actuaciones del neoclasicismo, en la provincia que más se resistió a la estética de la Ilustración, fueron la construcción de esta monumental parroquia y la destrucción del espléndido retablo barroco del Sagrario de la Catedral sevillana, pasto de las llamas por voluntad de los tardoilustrados sevillanos. Las trazas del templo se debieron al arquitecto Lucas Cintora, aunque en ocasiones se ha relacionado con otros maestros neoclásicos.
Las coincidencias de diseño de su proyecto ideal de templo de 1776 -ejercicio realizado para su entrada como miembro de la Academia valenciana de San Carlos- con la iglesia de Arahal, tal como han demostrado los profesores Berchez y Ollero, más la documentación aportada por Ollero sobre el seguimiento a pie de obra, no dejan dudas de su autoría. Como aparejador y jefe de obra trabajó primeramente su discípulo Antonio Márquez, que por enfermedad será sustituido por su pariente, José Márquez.
La financiación de la Iglesia por parte del Duque de Osuna y la situación profesional de Cintora como maestro mayor del Alcázar le permite responder siempre a los intentos de la autoridad eclesiástica por controlar la realización y el proyecto del edificio, apelando a que él solo puede responder ante el Consejo de Castilla por ser arquitecto del alcázar real. Esta polémica será más aguda con relación al diseño del coro, que era percibido como proyectado “contra la practica más común de este arzobispado”. Cintora salvaría este escollo presentando el proyecto a la Real Academia de San Fernando que, al aprobarlo, daría la razón a nuestro arquitecto.
Es un edificio de ladrillo y mampostería, con tres naves, crucero y coro tras el presbiterio, en forma de ábside semicircular, de raíz palladiana. Se cierra con bóvedas vaídas, con lunetos en la nave central, y vaídas transversales en las laterales. El crucero se cubre con cúpula; el presbiterio en su primer tramo lo hace con bóveda de medio cañón y en el segundo con una de cuarto de esfera sostenida por columnas toscanas a modo de baldaquino, separando el espacio del presbiterio y el coro.
El buque de la iglesia se sostiene por medio de pilares cuadrangulares con pilastras toscazas adosadas sobre las que apoyan arcos de medio punto. La molduración interna y externa es neoclásica, con potentes entablamentos con frisos decorados con triglifos y metopas. La fachada principal posee una portada neoclásica de ladrillo enfoscado en forma de arco triunfal, que consta de dos cuerpos, con columnas y pilastras toscanas en el primero y jónicas en el segundo, rematándose con frontón partido.

Fotos: Manuel García
Fuente: Perfil Facebook Un paseo por Arahal

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