lunes, 21 de septiembre de 2015

Marchena acompañó a su Divina Pastora cincuenta años después

Manuel Pinto Montero. La bendita imagen de la Divina Pastora de las Almas volvió el pasado sábado 19 de septiembre a contemplar las calles de su pueblo tras cinco décadas sin procesionar. La feligresía de San Juan esperó engalanada el momento de ver a su Pastora bajo el granado y sobre el risco que sus devotos le habían preparado para su gloriosa procesión, recuperando, para la devoción mariana de Marchena, una estampa que se podía ver durante la procesión del Corpus Christi, y es que la Divina Pastora procesiona junto al Santísimo Sacramento en el magno cortejo eucarístico.
La talla de la Divina Pastora, obra anónima de finales del siglo XVIII, procesionó en el paso de San Juan Evangelista de la Hermandad de Jesús Nazareno, siendo alumbrada por candelabros de guardabrisas recientemente restaurados por la Parroquia de San Juan. Lució la Santísima Virgen saya bordada en oro a realce sobre tisú de plata y manto bordado cedido por la Patrona de Arahal, Santa María Magdalena. Sobre sus sienes portaba bello sombrero y aureola de plata, en su mano izquierda cayado de plata y ramillete de nardo y rosa, mientras que su mano derecha se posaba sobre una oveja.
La procesión transitó por la feligresía de San Juan regalando bellos momentos en calles como Jamalla o Padre Marchena donde fue recibida con un castillo de fuegos artificiales. Las Hermandades de Vera Cruz y de Soledad acompañaron a la Divina Pastora en su procesionar formando parte del cortejo. Tras el paso estuvieron los sones de la Banda de música Villa de Marchena. Con la media noche las campanas de la torre de San Juan repicaban anunciando la llegada de la Divina Pastora a su casa donde recibe las oraciones de su barrio de San Juan que ya espera impaciente la llegada de un nuevo mes de septiembre.

Fotos: Manuel Pinto Montero.

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